The Spiritual in the Struggle-Book Review
By Peter Olney
UPDATE:
Victor Narro’s book has recently been translated into Spanish, here is a Spanish version of Peter’s review:
Living Peace: Connecting Your Spirituality with Your Work for Justice (Vivir con paz: la vinculación de su espiritualidad con su trabajo por la justicia), por Victor Narro 2014.
Living Peace, el nuevo libro de Victor Narro acerca del aspecto espiritual de la organización apenas consiste de 100 páginas. Este pequeño volumen aborda un tema que podría provocar sorpresa entre los cínicos en ciertos sectores de nuestro movimiento sindical. Su tesis me intrigó y con afán de ampliar mi propio entendimiento leí el libro y luego reflexioné sobre una reciente experiencia que tuve.
El 24 de enero, Agustín Ramírez, un talentoso líder de organizadores de ILWU en el norte de California me invitó junto con mi esposa a participar en un levantamiento en Merced, California auspiciado por sus padres. Yo había participado antes en las posadas navideñas, pero desconocía lo que era el levantamiento o presentación. Las posadas son un ritual en el que la comunidad va de puerta en puerta por la vecindad cantando villancicos y recreando la travesía de José y María en busca de alojamiento o posada. El levantamiento o presentación del niño Jesús ante el Señor en el Templo se dio 40 días después de su nacimiento y la comunidad también lo celebra el Día de la Candelaria haciendo una procesión para recrear dicho levantamiento. Ambas de estas costumbres son parte de la temporada navideña en América Latina y son parte de la formación de Agustín como organizador. Estas son las conexiones culturales que permiten organizar la base amplia que se requiere en su trabajo en la comunidad de inmigrantes latinos. Merced queda a un mundo de distancia de la zona de la Bahía pero no muy lejos de las vidas de los trabajadores inmigrantes latinos.
“… el sostener el activismo toda la vida por el cambio social requiere más que la estrategia clínica y las exhortaciones políticas”
He tenido el privilegio de participar con Agustín en una maravillosa campaña de sindicalización en el condado de Alameda a lo largo de los últimos tres años. La Campaña de Reciclaje Sostenible ha logrado elevar la dignidad y las tarifas salariales de los clasificadores que espulgan los desechos y basura en correas de transmisión inmundas a tempranas horas de la mañana antes de que la mayoría de los residentes de la zona de la Bahía siquiera se despierte. ¡Los afiliados del Sindicato Internacional de Trabajadores Portuarios y Almacenistas (ILWU) y su Local 6 han logrado aumentar sus salarios hasta conseguir $21.00 por hora para 2019! Todo este progreso para una fuerza laboral que en un 65% son mujeres y principalmente inmigrantes latinas se ha conseguido con una combinación de acciones laborales, huelgas y paros, además de presión política ejercida en ciertas municipalidades tales como San Leandro, Fremont y Oakland, ya que es allí donde se fijan las cuotas de la recolección de basura y reciclaje.
Esta es un historia que confirma que “Si Se Puede” para 300 trabajadores pese a todos los factores en contra. Los encargados de elaborar las políticas, los expertos y ciertos supuestos dirigentes sindicales dijeron que no se podía hacer. Este año los trabajadores celebraron el 1 de marzo los tres años de lucha y sus logros en la Convención del Día Internacional del Trabajador del Reciclaje en Oakland, California. El 1 de marzo fue designado como el Día Internacional de los Recicladores por la Asociación de Recicladores de Bogotá, Colombia. En ese país se celebró el 1 de marzo el año pasado con una marcha en la que participaron más de 17,000 recicladores. Ninguna hazaña de organización de esta magnitud se logra sólo o principalmente con fríos cálculos de expertos en políticas o con las estrategias de los sindicalistas para uso de la palanca política. La organización de gran magnitud como esta requiere de una sublime espiritualidad. Lo recordé recientemente cuando asistí a una reunión del comité directivo de la campaña. Agustín acentuó la reunión y la historia de la campaña con una historia asombrosa de los retos afrontados por una de las mujeres del centro de reciclaje de ACI en San Leandro.
Pero primero conviene dar unos antecedentes. ILWU empezó a trabajar en 2013 con un grupo de recicladores de ACI. A los trabajadores que laboraban allí se les había robado tres dólares por hora por tres años al no cumplirse la ley del salario digno de la Ciudad de San Leandro. Con varias latinas al frente, los trabajadores se organizaron para presentar una demanda judicial para recuperar el pago perdido. La Compañía se desquitó despidiendo a varios trabajadores que no tenían la documentación migratoria en regla. Los trabajadores se pusieron en huelga para protestar por estas represalias. Ellos perseveraron y finalmente se organizaron para afiliarse al Local 6 de ILWU. El Sindicato de los Teamsters, que representaba a los choferes de los camiones de recolección de basura que ganaban mejores salarios, junto con el empleador, trataron de presionar a los trabajadores para se afiliaran a su sindicato. Los trabajadores votaron 49 a 9 por ILWU, lograron un aumento inmediato de tres dólares por hora y resolvieron una demanda judicial obteniendo una indemnización de más de $1 millón, y ahora están a punto de celebrar su primer contrato colectivo que aumentará los salarios hasta cumplir la norma establecida en Alameda de $21 para el 2019.
Ramírez habló de una de trabajadoras de ACI, una inmigrante latina que había sido despedida como parte de la represalia inicial. A pesar de esta experiencia humillante y los sacrificios que representó para su familia, ella siguió apoyando la demanda judicial y la sindicalización. Yo sólo me puedo imaginar el gran valor moral que se requiere para hacer frente a esta sarta de retos, lo cual nos lleva de nuevo al tema de Victor Narro y su refinado libro sobre la vinculación de lo espiritual con nuestro trabajo en pro de la justicia.
La fe espiritual que tiene Narro en “el bien común” es el resultado de su propio trabajo extraordinario como organizador laboral y comunitario en Los Ángeles por treinta años y su estudio de las enseñanzas de San Francisco de Asís y un espiritualista y maestro vietnamita, Thick Nhat Hanh. Living Peace es un manifiesto escrito con elocuencia e ilustrado hermosamente con fotografías tomadas por Narro y su compañera de vida Laureen Lazrovici. Cada capítulo lleva en su introducción una cita de San Francisco, y cada uno termina con preguntas para la reflexión y espacio para apuntes personales. Este es un libro que los organizadores pueden llevarse consigo como acompañante espiritual mientras realizan su trabajo. Esta fina obra de Narro reconoce que el mantener el activismo a lo largo de la vida para hacer el cambio social requiere más que estrategias clínicas y exhortaciones políticas. Ofrece una guía espiritual para los organizadores que se han comprometido con la lucha a largo plazo. Ramírez reflexionó sobre el coraje de una trabajadora de ACI al relatar las dificultades que ella enfrentó, pero esa historia no es singular. La cita que precede el último capítulo de la obra de Narro podría aplicarse a muchas situaciones que se presentan cuando la gente se organiza:
“Al estar rodeado de mil peligros, no nos descorazonemos, sino abramos un espacio en nuestros corazones para aceptarnos unos a los otros.”
Para obtener una copia de Living Peace, favor de comunicarse con Victor Narro en vnarro@ irle.ucla.edu
Living Peace: Connecting Your Spirituality with Your Work for Justice, by Victor Narro 2014
Living Peace, Victor Narro’s new book on the spiritual side of organizing is just over 100 pages long. His little volume is broaching a topic that might raise cynical eyebrows in certain quarters in our labor movement. His thesis intrigued me and in the spirit of self-mindedness I read the book and then reflected on my own recent experience.
On January 24th Agustin Ramirez, the gifted ILWU Northern California Lead Organizer invited my wife and me to participate in a levantamiento in Merced, California hosted by his mother and father. I had participated in “posadas” at Christmas season before, but I was ignorant of the “levantamiento” “Posadas” is a ritual whereby the community marches door to door in the neighborhood singing carols and reenacting the quest of Joseph and Mary for room at the inn, lodging or “posadas”. “Levantamiento” comes 40 days after the birth of Jesus and is also a community procession in which the baby Jesus is raised up and presented. Both these rituals are part of the Christmas season in Latin America and part of Agustin’s formation as an organizer. These are the cultural connections that enable the deep base building involved in his work in the Latino immigrant community. Merced is worlds away from the Bay Area but not from the lives of its immigrant Latino working class.
“…sustaining lifelong activism for social change requires more than clinical strategy and political exhortations”
I have had the privilege of participating with Agustin in a wonderful worker organizing campaign in the County of Alameda California over the last three years. The Campaign for Sustainable Recycling has been successful in raising the dignity and the hourly wage of the sorters who pick through garbage and waste on filthy conveyor belts in the wee hours before most residents of the Bay Area are even awake. The workers of International Longshore and Warehouse Union (ILWU) and its Local 6 have succeeded in raising their hourly wages to $21.00 per hour by 2019! All this progress for a workforce that is 65% female and mostly Latina immigrants has come through a combination of worker action, strikes and stoppages coupled with political pressure in particular municipalities like San Leandro, Fremont and Oakland that set the rates for garbage pickup and recycling.
This is a “Si Se Puede” story for 300 workers against all odds. Policy makers, pundits and certain “union leaders” said it couldn’t be done. This year on March 1, the workers will celebrate three years of struggle and their achievements at an International Day of the Recycler Convention in Oakland California. March 1 was designated Dia Internacional de Los Recicladores by the Associacion de Recicladores de Bogota, Colombia. In that country last year’s March 1 was celebrated with a march of over 17,000 recyclers.
No organizing achievement of this magnitude happens solely or mainly because of clinically detached policy wonks and labor strategists figuring out leverage. There is a transcendent quality of spirituality in this powerful organizing. I was reminded of this when I attended a recent steering committee meeting of the campaign. Agustin punctuated the meeting and the history of the campaign by telling an amazing story of the life challenges of one woman at the ACI recycling facility in San Leandro.
But first a little background. The ILWU started working in 2013 with a group of recyclers at ACI. The workers there had each been bilked out of almost three dollars per hour for three years under the City of San Leandro’s living wage. Led by several Latinas the workers organized to file a lawsuit under the living wage. The company retaliated by firing workers whose immigration papers were not in order. The workers struck and protested against this retaliation. They persevered and finally organized a union with ILWU Local 6. The Teamsters who represented the higher paid garbage truck drivers acted in concert with the employer and tried to bully the workers into joining their union. The workers voted 49-9 for the ILWU, got a three dollar per hour immediate raise and settled a law suit for over $1million dollars, and are on the precipice of a first contract that will bring wages to the Alameda standard of $21 by 2019.
Ramirez told of one ACI worker, a Latina immigrant who was fired in the initial retaliation. Despite this humiliating experience and the sacrifices it imposed on her family, she has remained a loyal supporter of the lawsuit and the organizing. I can only imagine the inner strength needed to face this maze of challenges, which brings us back to Victor Narro and his fine book on connecting the spiritual to our work for justice.
Narro’s spiritual faith in a greater ‘Good” is the product of his own amazing work as a labor and community organizer in Los Angeles for thirty years and his study of the teachings of St Francis of Assisi and a Vietnamese spiritualist and teacher, Thich Nhat Hanh. Living Peace is a manifesto, skillfully written and beautifully illustrated with photographs by Narro and his life partner Laureen Lazarovici. Each chapter is introduced by a quote from St Francis. Reflection questions end each chapter and there is space for personal notes. This is meant to be a book that an organizer can take into the field as a spiritual companion.
Narro’s fine work recognizes that sustaining lifelong activism for social change requires more than clinical strategy and political exhortations. He provides a spiritual guide for organizers who are engaged for the long haul. Ramirez was reflecting on the courage of one worker in his telling of the challenges of the ACI worker, but her story is not unique. The quote that precedes the final chapter of Narro’s work could apply to many organizing situations:
“When surrounded by a thousand dangers, let us not lose heart, except to make room for one another in our hearts.”
For a copy of Living Peace contact Victor Narro at vnarro@irle.ucla.edu
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